Los días en la Villa de Navia están llegando a su fin. Tras unas animadas fiestas y un trabajoso descenso, aprovecho los últimos días en la villa para realizar actividades lúdicas, ya que festivas hemos tenido bastante y comenzar con un poco de deporte en veiga de arenas.
Como ya es tradición el mes de Agosto me pasa factura y me reencuentro con viejos enemigos en forma de resfriado. Mi teoría es que me pican las arañas aunque en mi casa se empeñan en decir que no. Pero bueno, no paso muchos días en el occidente asturiano y un resfriado no va a dejarme en casa mucho tiempo.
He realizado unos cuantos kilómetros y lo que me preocupa un poco siguen siendo mis tendones de Aquiles; espero que no sean mas que molestias de pretemporada y con algo de fortalecimiento queden olvidadas.
Me parece mentira que los días en la villa ya estén llegando a su fin. Parece que fue ayer cuando llegué. Todo pasa muy rápido y nos hacemos algo mas mayores. Ha sido una estancia espectacular que no me ha defraudado. A muchos les puede llegar a cansar hacer todos los años lo mismo, pero a mi a pesar de repetir actividades, todo me parece diferente y en el largo invierno me acuerdo de los días de fiesta y amistad que aquí pasamos.
No querría despedirme de la villa sin antes dar las gracias a tantos y tantos amigos y conocidos que hacen de esto un lugar mágico. Además estoy contento porque este año Núria me ha acompañado en mi estancia.
Ahora unos cuantos días en Barcelona y Málaga para instalarme definitivamente en la primera, a partir de mediados de Septiembre.
Navia, y en el verano de 2010.
