MOTIVACIÓN

Cualquier deportista que se precie ha utilizado este término en incontables ocasiones a lo largo de su vida. Sin embargo su frecuente uso o el empleo erróneo de este término puede llegar a infravalorar o menospreciar su verdadero significado.

Definir este término no es una empresa fácil, pero intentaré trasmitir lo que yo siento cuando pienso en esta palabra:

Actividad psicológica importante frente a un objetivo, respaldado por una cierta seguridad en sí mismo y orientado siempre hacia la consecución de algún éxito.

De una forma mas entendible, la motivación para mi es “tener ganas”: de entrenar, de competir, de preparar una temporada...etc y siempre con unas amplías expectativas de éxito, con conseguir lo que uno se propone.

Utilizar su antónimo (desmotivación) también suele ser bastante común; no me gusta hablar de temas negativos en mi blog, pero este binomio pone de manifiesto la importancia de la preparación psicológica en la carrera de un deportista.

Cuando todo marcha bien, los niveles de motivación suelen ser importantes; los entrenamientos son buenos, los resultados obtenidos también y los beneficios bastante satisfactorios.  Sin embargo en épocas de lesiones, enfermedades, malos resultados o dificultades para entrenar, este término suele desaparecer de nuestros pensamientos diarios. Uno de los recursos mas socorridos para encontrarla puede ser pensar en futuros prometedores o simplemente en futuro.

Sin embargo, desde mi punto de vista y desde mi experiencia, la mejor fórmula para alcanzar la motivación necesaria ante cualquier pequeño o gran escalón de nuestra vida deportiva, es sumergirse en la propia actividad que desarrollamos, pensar en porque nos dedicamos a nuestro deporte y darnos cuenta si verdaderamente es lo que nos gusta.