TENGO QUE VOLVER

Durante mi vida atlética he tenido la suerte de visitar muchos lugares, la mayoría de ellos dentro de la geografía española. En uno de mis viajes a París, en el año 2003, me comentaron que pisando “algo” que había en el suelo frente a la catedral de Notre-Dame, es sinónimo de volver a visitar esa ciudad. No volvía al país vecino desde entonces y  aunque solo nos aventuramos unos pocos kilómetros en él, para visitar la localidad de Font Romeu, mereció muchísimo la pena.

Existen muchos sitios que visitas y que siquiera sabes si volverás a hacerlo, sin embargo tu primer pensamiento al dejarlo es que debes regresar; eso es lo que sentí al abandonar esta localidad el Domingo por la tarde.

La verdad solo fue un fin de semana, corto pero intenso; En lo referente al entrenamiento y al rendimiento nada destacable, estar tan solo 48 horas a 2000m de altitud y realizar 2 entrenamientos no es reseñable, salvo por dos cosas; una, que acabé los entrenamientos de esos dos días agotado y dos, que conocí sitios estupendos para entrenar y a la mínima que tenga la oportunidad, volveré.

Contrastando con  la ola de calor que invadió el sur de la península y que también notamos a la vuelta a Barcelona, la temperatura de allí fue invernal; dice invernal un malagueño que 10º grados ya es suficiente para utilizar este término.

Aquí os dejo unas fotos de la expedición.